jueves, 8 de noviembre de 2012

El té en china (Parte 02)

Difusión del  dentro de China y en el exterior
Dentro del país hay que destacar dos zonas muy importantes puesto que de ello dependerá su popularización y su producción que son la zona sur y la zona norte. La orografía del norte y su clima no son muy indicados  para cultivarlo y por tanto su obtención era difícil y costosa. Por tanto era lógico que sólo la nobleza y aristocracia pudiera tomar esta bebida en la zona norte para realizar celebraciones.
Para saberse cómo se expandió el té por el vasto territorio Chino los expertos se fijan en los estudios del historiador Gu Yanwu de la dinastía Quing que investigó sobre su difusión e indicó una dicotomía: por un lado desde la capital Xianyang hasta Shaanxi, Hennan y otras provincias norteñas y por otro lado desde el río Changjiang a las regiones del curso medio e inferior de éste.
El sur era más propicio para que el té se popularizase y ya en época de la dinastía Jin (265-420 d.c.) surgieron algunos vendedores ambulantes que marcaron el inicio de la colectivización de esta bebida y por tanto la gente corriente podía beberlo.
Estos vendedores fueron unos grandes propagantes para su difusión pero el budismo se cautivó con sus propiedades y dieron un gran paso gracias a que ellos lo tomaban para sus largas meditaciones y contemplación porque ayudaba a animarse y no quedarse dormido. El emperador WuDi  de Liang (502-547 d.c.) respaldó un régimen en el que los budistas se abstuvieran en el hábito de beber este líquido pero duró los años que él estuvo en el mando.
En las dinastía del norte la dominación y posesión del té pertenecían a tribus de nómadas que no tenían costumbre de tomarlo aunque entre la gente se tomaba. La verdadera difusión se produjo durante la dinastía Sui y Tang. Durante esta época se produjo un hecho muy importante, que fue el precursor de las teterías de hoy día, vendedores que ofrecían  a cambio de unas monedas. En sus tiendas vendían y elaboraban la bebida para darle aún más importancia.
 Una princesa de esta dinastía de nombre Wen  Cheng llevó el té a Tubo (el Tíbet) y fue muy bien acogido por los monjes tibetanos. Algunos pueblos nómadas como los HuuheTujue Qidan u otros tomaban esta planta porque favorece a la digestión y eliminación de grasas. Estas tribus se alimentaban generalmente de carne y el té sustituía a la ingestión de verduras.

En esta misma dinastía hubo un personaje muy influyente en el desarrollo del arte y la preparación del té que se llamaba Lu Yu. Él era un budista que se escapó de su templo para caminar por las diferentes tierras y desarrolló “el libro del té”, en el cual describió la forma de elaborar, obtener, cultivar y preparar un buen té.
Esta expansión de esta preciada planta se diseminó dentro del territorio Chino pero no se quedó en un simple producto de importación puesto que las diferentes dinastías aprovecharon para apropiarse con una gran suma de dinero que provenía de tierras extranjeras. Gracias a la ruta de la seda los comerciantes vendían productos artesanos, pinturas, sedas o té pero este camino no fue el único puesto que por mar se podía transportar barcos con mercancías a islas u otras tierras costeras.
Durante las dinastías Sui y Tang se empezó a exportar por tres líneas: Hacia el este por el mar a Japón y Corea; hacia el oeste por la tierra a Arabia y Persia (Irán) y hacia el sur por el mar a Tailandia, Birmania, Malasia, Sri Lanka e India.
Estos rasgos son esenciales puesto que la cultura de la ceremonia del té no fuese sido posible si la exportación no hubiese ocurrido. En Japón las semillas del té se llevaron en el año 805 d.c. y al siguiente año todos sus instrumentos y las técnicas para prepararlo. En cambio en Corea entraron las semillas un poco más tarde, en el año 828.
Tendrían que pasar siete siglos más para que los europeos exportaran el producto desde el mar o por tierra. Se dice que los primero europeos que comercializaron con el té fueron marineros portugueses que tenían colonias en Macao en 1517. En el año 1595 los holandeses compraron té a los Chinos, en 1634 en Inglaterra y en el S.XVI ya se difundió por toda Europa. Por último quedaba América puesto que los europeos que tenían colonias vieron un foco económico muy importante y lo exportaron en el siglo XVIII.

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