Ya lo dijo el gran poeta Khalil Gibrán: " Puedes olvidar aquel con el que has reído pero no a aquel con el que has llorado". En el amor no correspondido hay muchas maneras de responder y muchas maneras de soportarlo. Las personas extremas que han vivido de una manera muy traumática puede incluso utilizar el suicidio como excusa. ¿Qué derecho tenemos a quitarnos la vida? ¿Qué derechos tienen a perjudicar la nuestra? "ser o no ser esa es la cuestión" diría Shakespeare.
Esta película tailandesa navega y narra su historia a través de un tema principal: el amor traumático que es lo que rodeo de fondo el telón de la función. Pero esta película es de terror y por ello tiene que caminar en un marco de miedo, de susto, tenebroso y por ello el tema de los espíritus, entes, fantasmas o como lo quieran llamar tiene un gran peso en la película.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es ¿Cómo es esta película de terror para que de miedo? La película está muy bien documentada y muestra la superstición que tienen sobre estos temas. Los 90 minutos que dura esta película utiliza el miedo cómo forma de impresiones, espasmos que de repente te hace gritar pero es sólo durante segundos escasos. No consigue transmitir una tensión continua.
La historia es sorprendente y realista pero poco original, una violación de unos jóvenes estudiantes y un chico que le hace unas fotografías mientras se desarrolla esta violación. El amor se convierte en desamor y la locura de una pasión puede desembocar en una catástrofe. Se producen repentinos suicidios y la historia del pasado regresa y sale del baúl de los recuerdos.
Podemos observar poco a poco que el cine tailandés de terror tiene conexiones en común. El tema de los espíritus como seres que están en este mundo para vengar la muerte, el budista como ser que es enlace entre los vivos y los muertos y el misterio de algo que sucedió en el pasado.
Dead friend
Ni uno menos
Marebito
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