Las películas de Kim
ki-Duk son películas extrañas, llenas de indirectas y con una sensibilidad muy
sutil. Esta película coreana en concreto entraña una característica muy
interior del ser humano que es la deshumanización ¿Cuál es la naturaleza del
hombre? ¿Qué ha conseguido con el progreso del ser humano? Estas preguntas se
pueden o no responder con palabras pero las imágenes de este film hablan por sí
solo.
El amor es el deseo del
ser humano porque sin amor no puede seguir viviendo pero las pasiones y la
desfragmentación de la personalidad ocurren continuamente entre los seres
humanos. En estos 90 minutos vamos a ver cómo pueden cambiar los sentimientos,
cómo puede cambiar la situación de una persona, cómo el ser humano quiere
destruir y autodestruirse.
Para que entendamos todos
la película (sólo es un pequeño apunte) hay que saber que el director es un
creyente budista y que para el budismo la naturaleza es el curso de la vida.
Los peces, el mar y los juntos abrazan el ambiente para que la audiencia vea
cómo el ser humano es tan malvado con la naturaleza.
La locura del amor es
constante y va aumentando en grado. El budismo cree en la idea del desapego
para poder llegar al nirvana. El hombre es un fugitivo de la ley, con lujuria,
la mujer es inexpresiva y aparentemente sin sentimientos. El cambio en ambos va
apareciendo conforme los hechos suceden. Todo tiene sentido, el agua es
moldeable, cambia de forma y fluye conforme a los cambios de las estaciones. El
agua es vida para los seres naturales y en el agua mueren y nacen los seres……………………
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