El amor no compra el dinero, el dinero no da la felicidad, la ausencia de amor es felicidad y la felicidad sin amor no es felicidad. Ingredientes como el
dinero, la codicia, la incomprensión, la falta de experiencia en la vida entraña esta obra de realización coreana.
Esta película narra una historia de amor apasionante, es
típica pero tiene elementos atípicos que hacen que no sea una historia de amor más que pase inadvertido.
Quizás sea porque la comprensión de un occidental no esté acorde con el pensamiento oriental pero esta película no llega a
plasmar un hecho realista. Es una idealización del amor es su máximo esplendor. La vida y la muerte cobran un
dramatismo que antepone hecho claro y por ello pierde valor.
Si vemos 35 o 40 minutos de la obra comprenderemos lo que ocurrirá al final y esto hace que la obra no tenga una gran carga
original.
De todos modos es una obra llena de sentimientos
y sí que logra captar y adentrar al espectador. El ying y
el yang famoso rompe con la armonía original, no hay una armonía
completa, el protagonista quizás no haya entendido a su debido momento
que es lo que tenía que haber
hecho.....o.......
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