CEREMONIA
El té se prepara y se toma como
una experiencia poética. En esencia, todo lo que se hace es preparar té y saborearlo. El té debe gobernar y guiar constantemente el cuerpo y la mente. El ritual con el
que se toma ayuda a la mente a entrar en un estado de
relajación concentrada, donde apreciar el sabor del té y el regusto que
deja en la boca. Hay que tener cuidado en que el ritual no
produzca rigidez, sino al contrario, exprese la naturalidad de
gestos cotidianos.
“An anecdote for every bowl. Gradually we approached the mystery. The joy is limpid, plain. Does
one have to be tipsy to be drunked?” Yi Gyu-bo
Hay diferentes
ceremonias:
con un único participante, como ritual de bienvenida a los huéspedes, y
la que se hace ofreciendo té a
Buda, espíritus o a los ancestros, a fin de año, con velas
encendidas en una noche estrellada, sintiendo la llegada del nuevo año
con esperanza.
La ceremonia en la que participan de tres a cinco personas transcurre de la siguiente forma:
El juego de té está
en un estante
de madera a poca distancia del suelo. La persona que preside la
ceremonia se sienta detrás de la mesa, y los demás enfrente en línea o
semicírculo.
1. El paño que cubre el juego de té se dobla
2. Las tazas, boca abajo, se giran cuidadosamente para no hacer ruido.
3. El agua se echa del cazo al bol y se aparta la tapa de la tetera. Luego se
echa en la tetera. Se tapa. Se calienta la tetera.
4. Este agua se vierte en las tazas. Siempre que se vierte
la tetera debe hacerse con una mano mientras con la otra se asegura la tapa.
5. Se echa una segunda medida de agua en un bol para enfriarla
6. Se echa el té con la pala en el interior de la tetera. La cantidad depende
de la calidad y el número de personas. La delicadeza del sabor exige que no sea muy fuerte.
Las antiguas tradiciones coreanas
distinguen
entre las estaciones. El gran maestro del XIX, Cho Ui, indicaba que
había que poner primero el té, solo en invierno, mientras que
en otoño y primavera había que llenar la primera mitad de la tetera
de agua, después añadir el té, y luego el resto del agua. En verano, se
echaría el té después del agua. Él aseguraba que estos
métodos garantizaban el mejor paladar para los cambios de estación.
7. Cuando
el agua está suficientemente fría, se echa en la tetera. Se queda
ahí poco tiempo, más cuanto más fría. A veces, la primera ronda se
hace con agua muy fría. El calor hace amargar rápidamente.
8. El agua utilizada para calentar las tazas se desecha, y se echa nueva agua
para enfriar, si está muy caliente.
9. Se sirve la primera ronda, echando poco cada vez. No debe quedar agua en
la tetera.
10. Se ponen las tazas sobre las cubiertas y se reparten, una a una.
11. El té se bebe con las dos manos. El ritual dispone que primero se observe el color, luego se
inhala el aroma, se saborea con la lengua, después con la garganta, y por último se saborea el regusto en la boca.
12. El agua fría se echa en la tetera y, después de un momento, se vierte en el bol.
Cada invitado se sirve con él en su taza.
13. El té ordinario pierde su sabor tras tres rondas, pero el bueno dura incluso cuatro
o cinco.
14. A menudo se sirven “chasik” (dulces de arroz) entre las últimas rondas.
15. Se agrupan las tazas, se arrojan los restos al bol hondo y se limpia la tetera. Se lavan las
tazas y se recoloca el juego de té.
El juego de té (cha-gi) se compone de los siguientes elementos
Tetera (cha-gwan)
Tazas (chat-jan o chat-jong). Pequeñas,
sin asas. Se cogen de forma agradable, que permita a la fragancia
emerger. Pálidas para que se vea el color del té. Todas
diferentes.
Un bol para enfriar el agua antes de echarla en la
tetera, con una boquilla (suk-u)
Un bol hondo donde tirar el agua de calentar la tetera y
las tazas (toisu-gi)
Posavasos. Se prefieren de madera.
Caja de cerámica o laca (chaho)
Cuchara o palo (chachik). De bambú u otra madera inodora
y rústica
Cubierta de paño (chat-po). Tradicionalmente roja fuera y
negro por dentro.
Un pequeñ
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